En este artículo obtendrás información sobre cómo combatir la deserción escolar en Brasil.
Hoy Brasil se utiliza como referencia, por ser un país que invierte muy poco en educación. Aunque somos un país muy rico, todo nuestro dinero se transforma en corrupción.
Como resultado, la cantidad de dinero disponible para servicios esenciales, como la educación en particular, es muy pequeña. Otro problema es que muchos jóvenes sustituyen los estudios por el trabajo.
Por lo tanto, el número de estudiantes que asisten a la escuela, al menos regularmente, está muy por debajo de las expectativas. Y para que puedas saber cómo acabar con el abandono escolar, solo sigue leyendo el artículo.
¿Qué es la evasión?
Antes de que podamos presentar cómo acabar con la deserción escolar en Brasil, primero debemos mostrar qué significa el término. Si buscamos su significado en el diccionario lo que se escribirá será: “Huye; esquivar; evitar".
Por tanto, el abandono escolar no es más que dejar de asistir a la escuela. También conocido como “deserción escolar”.
Esto se debe a la desigualdad que existe actualmente en el país. Como resultado, miles de niños y adolescentes se ven obligados a dejar de estudiar.
Dejan de ir a la escuela y se ponen a trabajar, para garantizar al menos una fuente de ingresos para sus familias. ¡Pero esto tiene que terminar y por eso decidimos desarrollar este artículo!
¿Cuál es la situación real de la educación en Brasil hoy?
Brasil es un país que enfrenta varias dificultades en materia de educación. Hoy en día existen dos posibilidades para que estudies, ya sea en un colegio público o en un colegio privado. El primero en cuestión se considera el más problemático, ya que está financiado íntegramente por el gobierno.
La cantidad de dinero que pone a disposición el Estado es muy baja, razón por la cual los responsables de cada escuela no pueden hacer muchos cambios en cada institución educativa.
Esto es claramente visible, pues las escuelas privadas cuentan con salas de computación, laboratorios de ciencias, grandes bibliotecas y todo lo demás, lo que garantiza un mayor y mejor desarrollo académico.
Como sus edificios envían un mensaje totalmente positivo, si los comparamos con los colegios públicos, los padres siempre han optado por estos, aunque sean más caros.
Por supuesto, una buena estructura escolar garantiza buenos resultados (al menos la mayor parte del tiempo), pero no podemos subestimar el estudio en escuelas públicas.
Es muy común ver personas que han logrado muchas cosas en la vida (como asistir a una de las universidades más grandes de Brasil y del mundo), incluso estudiando en este tipo de escuelas.
Obviamente esto es resultado de tu esfuerzo, pero varios profesores juegan un papel importante en esta historia. A pesar de que sus recursos didácticos son muy limitados, muchos todavía logran hacerlo lo mejor que pueden y garantizar la mejor educación posible a sus alumnos.
Sin embargo, estos profesionales de la educación no son valorados como deberían. Es bastante común ver a estudiantes peleándose (incluso a sus padres) porque no tienen las mismas opiniones. Además, sus salarios son mucho más bajos de lo que realmente deberían recibir.
Por eso, hay varias huelgas y manifestaciones, realizadas por los propios docentes, ¡que buscan más derechos y reconocimiento!
Situación real de la educación en Brasil hoy en cifras
Para que puedas tener una mejor idea de cuán precaria es hoy la inversión y persistencia de la educación en el país, decidimos brindar algunos datos.
Dichos datos se encuentran en números, porcentajes y estadísticas, para una mejor comprensión:
Si de cada 100 niños que ingresan al 1er grado, solo 45 de ellos completarían la educación primaria, de estos, solo 14 completarían la educación secundaria, y finalmente, solo 11 ingresarían a la universidad;
Hoy en día, alrededor del 97% del total de niños y jóvenes entre 7 y 14 años asisten a la escuela, y aunque pueda parecer una cifra muy favorable, el 3% restante corresponde a más de 1 millón y medio de jóvenes;
Alrededor del 60% de los niños de 6º grado de la escuela primaria todavía no saben hacer matemáticas básicas considerables para su edad, ni siquiera leer y escribir.
La mayoría de los estudiantes de noveno grado en todo Brasil aún no saben calcular porcentajes, lo que también se considera básico para su edad.
¿Cómo combatir la deserción escolar en Brasil?
Aunque al principio del texto dijimos una razón por la cual muchas personas están dejando de ir a la escuela, todavía hay varias otras razones.
Dichos motivos, que pueden ser lo más variados posibles, deben ser contenidos, por ello, hemos reunido una serie de estrategias que pueden ayudar con este problema.
Entonces, para que puedas saber cuáles son, solo mira la lista:
Definir los problemas de la escuela: Aunque los estudiantes suelen dejar de participar en clases por motivos personales, todavía existe una alta probabilidad de que el problema esté en la escuela.
Por eso, es muy importante que vean qué problemas necesitan ser evaluados y mejorados. El problema puede estar relacionado con el acoso, que se aborda poco, como un tema importante, o incluso con la propia estructura escolar.
Invierta en nuevos entornos: Si bien esto no es sinónimo de una escuela perfecta, a veces lo que se necesita para que un estudiante quiera ir a la escuela es inversión en nuevos espacios educativos.
Dichos espacios pueden ser un simple huerto (en el que los estudiantes cultivarán), la creación de nuevas canchas deportivas, la creación de una biblioteca, una sala de informática o cualquier otra cosa que asegure que los estudiantes sean atendidos y bienvenidos.
Revisar lo que se está aprendiendo: Es muy común ver a jóvenes que se sienten “aburridos” de ir al colegio. Esto se debe a que los temas tratados no se corresponden con su vida diaria, o incluso la forma en que se aplican los contenidos puede resultar agotadora.
Por lo tanto, siempre es bueno reevaluar cómo va la enseñanza y considerar nuevas ideas sobre cómo aplicar el contenido, atendiendo más a los jóvenes.
Invierta en actividades extracurriculares: Aún hablando de atender más directamente a los jóvenes, tal vez implementar actividades adicionales (opcionales) podría ser una buena idea.
Las clases (que deben ser gratuitas, para atender a cualquier tipo de adolescente, con distintos ingresos económicos), pueden ser sobre idiomas extranjeros, así como sobre la inversión en arte, ya sea a través del teatro, la música, la danza, la pintura o cualquier otra cosa.